Hola Lector@s...
Os vais a creer que es una broma, pero no lo es. Mis compañeros y yo, no nos hemos propuesto marearos con las visitas al blog, es que la situación se ha dado así. Nuestro compañero Charlie y uno de los mas sensatos, tiene una situación complicada, y claro, cuando el pastor se va, el rebaño se desperdiga. Él organizaba todo y ahora, estamos un poco perdidos. Así que a trancas y barrancas vamos saliendo. Por eso conforme hemos acabado este libro, lo sacamos para que lo podáis disfrutar y ya estamos trabajando en dos sorpresitas para mañana... Qué sé que nos van a dar tiempo, porque nos motivamos en las distancias cortas. Creo que en el fondo nos gusta la tensión. Por algo casi todos en el grupo, somos estudiantes o son madres de familia.
El libro de hoy es una adaptación. Su autor, R. L. Stine, es de mis autores favoritos por la temática que escribe. Tengo que decir, que he querido ser lo más fiel posible al trabajo original, así que solo he cambiado unas cosillas;
La narración pasa de estar en primera persona a estar en tercera persona.
La historia, hetero, pasa a tener una pareja homo.
Los nombres de los protagonistas han sido cambiados, a excepción de uno. Quién lo acierte tendrá premio. ¡¡Que malo soy!!
Y alguna pena de muerte que ha sido cambiada de personaje.
Os voy a hacer una pequeña intro:
Alan Parrish ha sido plantado por su novio, y sus dos mejores amigas, Sammy y Vicky, deciden llevarselo a una acampada para que deje de pensar en Caleb.
Durante el viaje conocen a tres chicos muy apuestos, Brat, Jason y Andrew y aunque en principio era una acampada para solo los tres amigos, por caprichos del destino, acaban mezclándose.
Y ya sabéis que pasa, cuando se mezclan ingredientes en una comida que no los necesita. EMPIEZAN A PASAR COSAS.
La Acampada se celebra en la víspera de Halloween. Así que ya tenemos los ingredientes para el libro de hoy.
Por cierto, agradezcamos a Alan y a Lia, por haber hecho realidad la adaptación.
Nos gustaría que si decidís leerlo, después nos digáis que os pareció. Más que nada por saber si lo hemos adaptado bien.
Y lo siguiente que quería decir... Hemos recibido 40 comentarios en menos de 24 horas, que no es lo habitual ni de cerca. Pues antes de esto, Lia y yo, habíamos hecho una apuesta y era sobre los comentarios, ella se ha acercado más a la cantidad, por lo que previsiblemente si en esta entrada en menos de 24 horas, no hay 41 comentarios. Me toca pagarle una comida.
Así que por favor, solo pido uno. Un comentario más que en su entrada y que sea ella quien me tenga que pagar la mariscada...
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